El carbón es un mineral combustible sólido, de color negro o marrón oscuro que contiene esencialmente carbono, así como pequeñas cantidades de hidrógeno y oxígeno, nitrógeno, azufre y otros elementos. Resulta de la degradación de los restos de organismos vegetales durante largos periodos, por la acción del calor, presión y otros fenómenos físicos químicos naturales. Debido a que se dan distintos grados de cambio en el proceso, el carbón mineral no es un mineral uniforme y se clasifican por rangos de acuerdo con su grado de degradación, en series que van desde lignitos a antracitas, pasando por los subbituminosos y los bituminosos, los cuales presentan diferencias considerables en su contenido de volátiles, carbono fijo y poder calorífico. En términos de uso final, el carbón mineral se puede dividir en dos clases:
El carbón, es el combustible sólido más importante en la generación de energía eléctrica. La calidad del carbón depende del contenido de materia volátil, carbono fijo, humedad inherente y oxígeno. Típicamente, la calidad del carbón es mayor con el aumento del contenido de carbono fijo, y con la disminución de la humedad y del contenido de materia volátil. Los carbones bituminosos son el tipo de carbón más utilizado. Se caracterizan por tener un menor contenido de humedad y de materia volátil, y un menor contenido de azufre que los carbones sub-bituminosos. El carbón sub-bituminoso puede ser usado como alternativa de combustible en algunas calderas originalmente diseñadas para utilizar carbón bituminoso. Generalmente, los carbones bituminosos tienen poderes caloríficos que varían entre 5.800 y 7.800 kcal/kg. Los poderes caloríficos de los carbones sub-bituminosos, en cambio, varían entre 4.600 y 6.400 kcal/kg.
Los carbones usados para generación de energía eléctrica son muy heterogéneos y varían en contenido, dependiendo de la localización de la mina. El carbón también contiene impurezas como minerales y azufre. Estas impurezas son una preocupación importante, porque contribuyen a la contaminación producida durante la combustión del carbón. De todos los combustibles fósiles usados para la generación de electricidad, el carbón requiere las instalaciones más extensas de procesamiento, manejo, almacenamiento, y de carga y descarga. La ignición del carbón requiere el uso de chancadores, pulverizadores, equipamiento de manejo de ceniza, control de polvo y control de emisiones, y de sopladores de hollín.
Algunas centrales térmicas a carbón usan además como combustible el coque de petróleo o petcoke, un subproducto de la industria de la refinación del petróleo, caracterizado por un poder calorífico alto (7.700 kcal/kg) y un bajo costo. Generalmente, tiene un contenido menor de ceniza, de humedad y de volátiles y, normalmente, niveles mayores de azufre y nitrógeno que el carbón. Debido a estas características, la combustión de petcoke puede generar mayores emisiones de SO2 y NOX.
No+Carbón es una inciativa de Fundación Terram para educar sobre los impactos y alternativas al uso del carbón con el propósito de reducir las Zonas de Sacrificio de Chile donde se encuentran plantas termoeléctricas operadas a carbón.
Esperamos contribuir a que la comunidad continue organizándose para exigir sus derechos.
¡No+Carbón! ¡No+Contaminación!